AGUADO, JESÚS
Desde La balada de Gilgamesh a La Ilíada, pasando por los versos de Petrarca o Keats, Emily Dickinson o Rilke, escribir amores imposibles es uno de los motores de la poesía universal. En este libro se catalogan unos cuantos de estos amores imposibles que, en realidad, no son otra cosa que alegorías de las relaciones humanas. Es el adjetivo imposible el que acaba fagocitando al sustantivo amores, que es como decir que es la vida adjetiva la que se impone a la vía sustantiva. Ironía (y autoironía), humor, gratitud, ternura, desencanto, miedo, gozo y la enseñanza de que, hagamos lo que hagamos, nunca conoceremos a la otra persona por muy cercana y querida que sea. vos y sin vida, con cuerpo y sin él... Mientras, el mal acecha en la sombra.ario brillante. El verdadero rostro de la partitura de la canción de aquel anuncio memorable. ¿Te acuerdas? El extraño texto aparecido en la web de un profesor de talleres de escritura creativa. El reaccionario discurso de agradecimiento de un cineasta premiado en la noche de los Goya. Y así hasta veintitrés excelentes cuentos, uno para cada hora del día. O casi.
Nos habla y se escribe para el debate de la prostitución utilizando el estigma como hilo conductor desde un enfoque materialista e interseccional. En lugar de juicios esencialistas o deterministas, la obra invita a desplazar el foco del debate para centrarlo en las vulneraciones de derechos humanos que producen situaciones normativas como la española, frecuente en tantos otros contextos europeos y latinoamericanos. Y apuesta, sobre todo, por combatir la invisibilización de las trabajadoras del sexo y lo que ellas definen como sus realidades, por incorporar su voz y poner en el centro tanto sus saberes como sus reclamaciones.