ANTRIM, DONALD
La historia del largo deterioro de mi madre es, en algunos aspectos, la historia de su vida. La historia de mi vida está ligada a esta historia, la historia de su deterioro. Es la historia que ocupa siempre un lugar central en mi manera de percibirme a mí y a los demás en el mundo. Es la historia, o por lo menos es el papel que juego en esa historia, que me permite no perder nunca a mi madre.Donald Antrim empieza a escribir este libro cuando muere Louanne, su madre. El resultado no es una autobiografía clásica ni una novela de formación, sino un libro excepcional, particularísimo, que bucea en las motivaciones inconscientes, los sueños, el padecimiento psíquico, el alcoholismo y todo lo fallido que puede existir en una familia. Con una prosa brillante y siempre a medio camino entre el humor y la ternura, entre lo conmovedor y lo terrible, Antrim da cuenta de La vida después, una vida tan entrañable como devastadora.
La historia de una tragedia familiar contada con humor y con una belleza deslumbrante. THE INDEPENDENTLa vida después está escrita con precisión y se sostiene con una elegancia estructural y un ritmo magistral. DAILY TELEGRAPH Formalme nte perfecto, lleno de gracia, ironía y del único tipo de amor que vale la pena ofrecer. IRISH TIMES BOOKS OF THE YEAR
acer cuando tu maravillosa y querida hermana te pide que la ayudes a dejar este mundo porque la existencia le resulta intolerable? Una novela valiente y, aunque dolorosa, tremendamente divertida: toda una exhibición sobre la cuerda floja+.Margaret Atwood
«Una novela irresistibleà Su inteligencia, su honestidad y sobre todo su compasión proporcionan una especie de bálsamo existencial, un consuelo no muy diferente al que nos procuraría abrir una buena botella de vino y disfrutar de una larga charla con un viejo amigo+.Curtis Sittenfeld, The New York Times
«Toews es un talento de primer orden+.The Guardian
«Audaz, descarada y de gran corazón... Toews escribe desde el punto de vista de Yoli, cuyo monólogo interior parece un cruce entre David Foster Wallace y Robin Williams si ambos fueran, de hecho, una cuarentona menonita que tuviera problemas con la autoridad. Es una sabelotodo con corazón, una filósofa con el tempo de un cómico+.The Dallas Morning News