URIA, JUAN MANUEL
El ser humano deja huella de su paso. Un rastro al que llamamos, usualmente, historia. Cuando esta huella se hace conciencia, cuando la voluntad le da una forma, el paso tiende a ser más que un paso, tiende a ser salto, baile, coreografía; el paso trasciende al paso para transformarse en poema. El hombre se convierte, así,e n creador, en poeta. Su huellaes la misma y otra, se desdobla, es la verdad y el espejo. No menos histórica, no menos cargada de tiempo, pero más espiral, más definitoria, allende o aquende de lo que somos, elevada y ensimismada, dentro y fuera, subjetiva y de todos. La vida, una tesela de su misterio, en ese paso, queda desvelada. Huella límite de investigador puro, de curiosidad, de niñez sin tacha. Así, por ejemplo, la huella del pintor deAltamira, de Rodin, de Van Gogh, de Lautréamont, de Lorca, de Chopin, de Cervantes, de Caravaggio, de René Char.