PIÑON, HELIO
Setenta años de conceptualización del proyecto en busca de una arquitectura de ideas han dejado a los arquitectos con la mirada bajo mínimos, sin otro recurso sensitivo que el vistazo furtivo cuyo único objetivo es percibir cualquier accidente estilístico, en el sentido más banal del término estilo. El concepto es la panacea infalible para verificar las propuestas sin tener que recurrir a la mirada. Faltos de cultura visual y de herramientas mentales que permitan acceder a la estructura profunda del objeto ùes decir: a su formaù, los arquitectos de estas últimas décadas se han encontrado, ante cualquier programa, sin saber qué hacer y, por consiguiente, sin saber cómo hacerlo.Las páginas de este libro quieren ser un testimonio de disidencia activa y tratan de mostrar un modo diferente de aproximación crítica a lo construido. Esto, paradójicamente, pasa sobre todo por desarrollar una mirada atenta capaz de captar la forma, que no puede reducirse a la figura o la imagen, como se hace habitualmente: la forma, en el sentido en que se usa en arte, es un concepto estético relacionado con la capacidad del sujeto de reconocer, a través de la visión, la configuración esencial de una obra.