WHITMAN, WALT
Mucho menos conocida que Hojas de hierba, la obra en prosa de Walt Whitman tiene por título principal estos Días ejemplares de América, una miscelánea que participa del diario, de la crónica inolvidables las páginas que dedica a los desastres de la guerra y de la crítica literaria. Preparada la edición en los últimos años de su vida, se caracteriza por la heterogeneidad. Junto a poemas en prosa que no desmerecen en comparación con los de Hojas de hierba nos encontramos con textos periodísticos y anotaciones varias. Días ejemplares de América constituirá una espléndida e inagotable sorpresa para los admiradores, que son legión, de Walt Whitman, un poeta que cambió el rumbo de la poesía occidental dando por primera vez voz al hombre y a la mujer de nuestro tiempo.
«Amo a Walt Whitman por su barba enorme / y por su hermoso verbo dilatado, / estoy de acuerdo con su voz, conforme / con su gran corazón desparramado». Blas de Otero
«Yo fui Walt Whitman». Jorge Luis Borges
«Walt Whitman, de algún modo, realizó la hazaña con la que soñaba Gil de Biedma, convertirse en poema. Quien toca este libro, toca un hombre, como escribió en una de las dedicatorias de Hojas de hierba. [...] En Días ejemplares de América no tardaremos en encontrar maravillas como las Escenas de embarcadero y río». Del Prólogo de José Luis García Martín
La obra en prosa de un gran poeta que fue también un diarista y un cronista excepcional.
Walt Whitman nació en West Hills, Long Island en 1819, pero su infancia transcurrió en Brooklyn; murió en Camden, New Jersey, en 1892, convertido en el más famoso de los poetas de su país. Autodidacta, trabajó desde la adolescencia en muy diversos oficios, pero el principal de ellos fue el de impresor y periodista. Durante la guerra de secesión trabajó como enfermero. En 1855, sin nombre del autor, pero con su fotografía en la cubierta, publicó el libro que estaba llamado a revolucionar la poesía, Hojas de hierba, una obra que iría creciendo en páginas e influencia en las sucesivas ediciones, la última de las cuales apareció poco antes de su muerte. Hojas de hierba fue una obra revolucionaria en lo formal y en la temática. Se desentendió de los convencionalismos métricos y del estereotipado lenguaje poético para utilizar un versículo de resonancias bíblicas y un lenguaje en el que tenía cabida el habla de todos los días. Walt Whitman quiso ser el poeta de la democracia, de la nueva sociedad que se estaba creando en los Estados Unidos. Cantó la belleza del cuerpo humano, masculino y femenino, y llevó a sus versos temas que hasta entonces habían quedado fuera de la poesía. Su influencia en la poesía contemporánea fue inmensa y sin él no se entienden ni el Pessoa de las grandes odas de Álvaro de Campos ni el Neruda del Canto general ni el Lorca de Poeta en Nueva York.