HERMOSILLA, ALEJANDRO
Dos arquitectos (padre e hijo) se adentran en los oscuros bosques a las afueras de su ciudad para supervisar las reformas y obras que dirigen en las mansiones y palacios de un paisajista, un duque, un pianista y un escritor. Con estos mimbres aparentemente sencillos, Alejandro Hermosilla entreteje una novela parecida a un fresco expresionista que refleja tanto la esquizofrenia del mundo contemporáneo, como las dos grandes pandemias ùsoledad y egoísmoù que se extienden actualmente por los parajes occidentales. A su vez, realiza un furibundo análisis sobre el estado del arte, la poesía y la cultura, tras el que se perciben ecos de la obra de Nikolái Gógol, Franz Kafka o Thomas Bernhard. rritorio de nuestro deseo.Dice Amara en Dobleces: «Lo desplegado no anula ni puede borrar del todo el pliegue. Siempre queda una marca en el sitio del doblez, una auténtica cicatriz indeleble, a la vez frontera y línea de la memoria».
En este ensayo el autor vuelve sobre un tema que ha tratado en otros libros: la cara oculta de la realidad, el misterio que subyace más allá de las formas contingentes (con la gramática anquilosada de lo cotidiano, lo normal).Ambos textos están dispuestos en un formato que reivindica la materialidad del libro como una fuente de acción corporal (y por lo tanto política) y aspiran a rescatar dimensiones soslayadas en un mundo que cada vez ubica de manera más pérfida al libro como instrumento de mercadotecnia o como bien de consumo desechable, como lo son la intimidad, el juego y en última instancia el goce del acto de leer.