COMENDADOR SÁNCHEZ, LUIS FELIPE
Cada poema de Luis Felipe Comendador es un aviso a los navegantes, debidamente exhibido en el tablón de anuncios del puerto, que informa de cuanta circunstancia adversa pueda sorprender a quien esté decidido a orzar más allá del rompeolas, salvo que un poema de Luis Felipe Comendador insta a quien inicia su lectura a dejar atrás la seguridad del pantalán y el provincianismo que le lleva a calentarse las manos sosteniendo entre ellas el café con leche, calentita y en vaso, ni que fuéramos unas perdidas, y adentrarse en el agua helada y el viento racheado no para escapar, sino para darse la vuelta y gritar desde la tormenta de las palabras desquiciadamente libres, siempre más libres que nosotros, que el único escollo que debemos temer es el significado, que aún peor que decir algo es quererdecirlo y que solo las perdidas, palabras al fin y al cabo, guardan algo de dignidad en estos días de amor transaccional y ética transitiva.