SÁNCHEZ, PALOMA
La autora ha concebido con Atleta que mira el paisaje una alegoría del mundo contemplado desde la experiencia del cuerpo con este, en un acto auténticamente creador. El trabajo del atleta, su contribución al mundo, es pensar y hablar con el cuerpo, expresar la belleza de un modo corporal, para que nosotros los espectadores podamos disfrutar su disciplina deportiva, su heroísmo. Evocando la salmodia de un coro teatral griego, la poeta desgrana sus versos a lo largo de las tres partes del poemario (La envidia de los dioses, Atleta que mira el paisaje y Maneras de cerrar los ojos), que bien podríamos asimilar a los ciclos naturales de nacimiento, esplendor y muerte. ¿De quién? De cada uno de nosotros.